Terapia de frío y compresión
La terapia de frío (crioterapia) promueve la vasoconstricción y reduce el flujo sanguíneo, reduce la inflamación y el edema (hinchazón), disminuye los espasmos musculares, disminuye la demanda metabólica y alivia con seguridad el dolor sin narcóticos. La terapia de frío se usa inmediatamente después de una lesión aguda o cirugía.
Terapia de calor
La terapia de calor (termoterapia) promueve la vasodilatación y aumenta la circulación en el área lesionada para apoyar el sistema linfático y estimular la curación natural, a la vez que reduce el dolor y la rigidez. La terapia de calor se usa después de que la respuesta inflamatoria inicial causada por una lesión o la cirugía comienza a disminuir.
Terapia de contraste rápido
La terapia de contraste rápido (ECA) abre y contrae alternativamente el sistema vascular, lo que aumenta el flujo de sangre a un área lesionada sin causar la acumulación de edema adicional (hinchazón). El ECA también ayuda a disminuir la sensibilidad del nervio para reducir el dolor.
Terapia de compresión
La terapia de compresión neumática intermitente (IPC) se usa para proporcionar una presión uniforme alrededor del área lesionada, reduciendo mecánicamente la cantidad de espacio disponible para que se acumule la hinchazón, aumentando así el flujo linfático, disminuyendo la hinchazón y mejorando la cicatrización del tejido.